"A los militares ucranianos les ha fallado el sentido elemental de la autoconservación. Apuntando su artillería contra los reactores activos y el almacén de combustible usado, los ucranianos están apuntándose a sí mismos", es el mensaje de Maria Sajarova al Organismo Internacional de Energía Atómica, el director general del OIEA, Rafael Mariano Gross, a quien Moscú ha acusado de ambivalencia y renuencia a enviar un informe independiente comisión internacional a la central nuclear. |
Maria
Zakharova: "La situación en torno a la central nuclear es cada vez más
peligrosa"
“El ejército ucraniano ha fallado en el sentido básico de autoconservación.
Al dirigir su artillería a los reactores activos y al almacenamiento de
combustible gastado, los ucranianos se apuntan a sí mismos”.
En una declaración
particularmente fuerte, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de
Rusia, Maria Zakharova, advierte sobre la amenaza que representa el bombardeo
de artillería del régimen de Kiev contra la planta de energía nuclear más
grande de Europa.
Ella dice que la
situación se está volviendo cada vez más peligrosa, especialmente después del
tercer ataque del sábado cuando se alcanzaron contenedores de combustible
nuclear usado y se incendiaron líneas de gas.
Zakharova también es
muy crítica con el secretario general de la OIEA (Agencia Internacional de
Energía Atómica), que ha adoptado una postura totalmente ambivalente sobre
quién ha bombardeado la planta de energía nuclear, lo que ha estimulado al
régimen de Kyiv a intensificar el bombardeo de las instalaciones de Zaporizhia.
La parte rusa acoge
con beneplácito la declaración del Secretario General de la ONU y su llamado a
la OIEA para formar una comisión para tomar en el lugar los testimonios de los
empleados y militares de los tres bombardeos de artillería ucraniana de la
planta de energía nuclear.
Dick Emanuelsson
Comentario de la portavoz del Ministerio de
Exteriores ruso, María Zajárova, sobre los continuos ataques de la central
nuclear de Zaporiyia por Ucrania
Cancillería de
RusiaAugust 08, 2022
“La parte rusa lleva mucho tiempo, en varias líneas y a diferentes niveles,
pidiendo a la comunidad internacional que condene enérgicamente los incesantes
ataques militares que el régimen de Kiev está lanzando ferozmente contra la
central nuclear de Zaporiyia. Los 5-6 de agosto, la planta volvió a estar bajo
el fuego ucraniano. Solo gracias a las acciones de los empleados de la central
y de los militares rusos que garantizan la protección integral de la
instalación fue posible evitar un desastre.
No podemos ignorar lo evidente: la situación en torno a la planta se vuelve
cada vez más peligrosa. Regularmente enviamos al OIEA información actualizada
in situ, que se ve reflejada en las circulares informativas del Organismo, que
develan de modo claro las acciones criminales de las Fuerzas Armadas
ucranianas, cuya comandancia perdió definitivamente la capacidad de pensar
racionalmente.
A los
militares ucranianos les ha fallado el sentido elemental de la
autoconservación. Apuntando su artillería contra los reactores activos y el
almacén de combustible usado, los ucranianos están apuntándose a sí mismos.
Asesinatos desde una esquina y al amparo de la noche es el "modus
operandi" característico, por no decir la esencia, de los seguidores de la
ideología de [el colaborador nazi Stepán] Bandera, lo que se sabe ya desde
tiempos de la Gran Guerra Patria. Pero ahora han elegido como objetivo no solo
a los pueblos de Rusia y Ucrania.
De hecho, están tomando a toda Europa como rehén y, al parecer, no les
importa “prenderlos fuego" para complacer a sus ídolos nazis.
Tomamos nota de la declaración del Secretario General de la ONU del 8 de
agosto de que "cualquier ataque a una planta nuclear es una misión
suicida". Expresó enfáticamente la esperanza de que estos ataques se
detengan. Por su parte, el Director General del OIEA subrayó su preocupación
por el ataque con misiles a la mayor central nuclear de Europa, señalando el
riesgo real de una catástrofe nuclear que podría poner en peligro a la
población y al medio ambiente en Ucrania y más allá. Condenó cualquier acto de
violencia cometido directamente en la central nuclear de Zaporiyia o en sus
proximidades y contra su personal.
No se puede hacer la vista gorda ante las atrocidades de Kiev. Los dirigentes de las organizaciones internacionales parecen sentir un
escalofrío ante lo que hacen los militares ucranianos. Pero la pregunta sigue
siendo: ¿escucha Kiev estas señales y está el régimen de Zelenski en
condiciones de recibirlas? Al fin y al cabo, los jefes de la ONU y del OIEA han
dudado repetidamente en nombrar directamente el origen de la amenaza y han
mostrado una falta de voluntad para apuntar a los responsables en Kiev. Como
resultado, uno tiene la impresión de que los misiles y los proyectiles caen
sobre la Zaporiyia y las cabezas de sus empleados, así como sobre la cercana
ciudad de Energodar, de la nada. Pero vienen de territorios controlados por las
fuerzas armadas ucranianas. Está bastante claro quién dirige la mano que apunta
al objetivo y aprieta el gatillo.
Parafraseando un conocido dicho, los diplomáticos - especialmente los de
tan alto rango - tienen el lenguaje en una situación así no para ocultar sus
pensamientos, sino para expresarse de forma muy clara y precisa.
Hemos proporcionado una gran cantidad de información justificativa
para que el Secretario General de la ONU y el Director General del OIEA digan
abierta y firmemente a las autoridades ucranianas que los ataques contra la
Zaporiyia son inaceptables y les obliguen a dejar de atacar inmediatamente la
planta y sus empleados, incluyendo a sus familias y al resto de los residentes
de Energodar.
Solo hacen mucho daño los tortuosos razonamientos y valoraciones en el
marco de las inadecuadas maniobras diplomáticas y la equidistancia ficticia. La
amenaza ha alcanzado tales proporciones que no podemos permanecer como
observadores impasibles. Es hora de llamar al orden a Kiev y de que los
dirigentes de la ONU y del OIEA muestren su liderazgo e influyan directamente
en fuente de la amenaza.
Nos alientan las declaraciones del Secretario General de la ONU en apoyo a
los esfuerzos del OIEA para crear condiciones en aras de estabilizar la
situación en la central nuclear de Zaporiyia y permitir su acceso a la
estación. Esperamos que por parte de la ONU ahora realmente no haya obstáculos
para organizar una misión internacional del OIEA a la central nuclear de
Zaporiyia, que lamentablemente tuvo lugar en el pasado. El coronel general
Mijail Mizintsev, jefe del Centro Nacional Ruso para la Gestión de la Defensa,
en particular, lo mencionó el 6 de agosto. Si la reacción del Secretario
General hubiera sido clara desde el principio, no tendríamos las complicaciones
actuales. Viendo su indecisión o incluso su debilidad, los herederos de Bandera
y Shujiévich en Kiev no hacen más que levantar la cabeza y golpear a la
Zaporiyia cada vez más desesperadamente, sin tener en cuenta a las víctimas ni
las consecuencias.
Destacamos la intención del director del OIEA de llevar a cabo la visita
previamente programada a la instalación nuclear. Consideramos necesario
recordar una vez más que todo lo necesario para el éxito de la visita se
hizo desde la parte rusa hace varias semanas. No puede haber quejas contra
nosotros en este sentido. El hecho de que la misión internacional no se haya
llevado a cabo recae enteramente en la conciencia de Kiev. Actualmente es el
único que se beneficia de mantener al OIEA alejado de la central nuclear.
Después de que los expertos internacionales y la dirección de la Agencia lo
vean todo con sus propios ojos, no habrá ninguna duda de que Kiev es
responsable de los ataques y de todos los demás crímenes cometidos contra la
central nuclear de Zaporiyia y su personal.
Estamos seguros de que con esfuerzos conjuntos podremos poner fin a la peligrosa
anarquía desatada por el régimen de Zelenski.
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